21.02.2020
MAGNIFICAT IN TEATROS DEL CANAL, MADRID, SPAIN
TEXT OF THE PROGRAM OF TEATROS DEL CANAL
Virgen María, madre de Dios ¡hazte feminista, hazte feminista, hazte feminista! Pussy Riot
Para la cineasta Laura Mulvey1, en la oralidad se esconde una posibilidad del cine feminista a través de la que poder contar, inscribirse en el relato de otra manera. “¿No lo ves?”2, canta La Zowi, la Historia ha sido principalmente escrita y protagonizada a puño de hombres. La del teatro también. Ciertas oralidades permiten escapar de hegemonías, ejercicios de poder, y hacer emerger otras maneras de hacer historias. Pero para hablar, primero es necesario “tener voz”. Un privilegio, el del logos, arrebatado durante siglos a las mujeres, quienes hoy todavía tienen que escuchar a Donald Trump diciendo en una marcha pro-vida: “Somos la voz de los sin voz”. No fue así en la antigua Atenas, sociedad machista y clasista otrora cultura oral, paradójicamente muchas de sus tragedias fueron protagonizadas por mujeres que transgredían normas sociales impuestas. El origen del teatro, malentendido por todas las poéticas logocéntricas desde Aristóteles que relegaron los elementos no textuales a la parateatralidad, se encuentra en el ditirambo, fiesta comunitaria y dionisíaca, composición lírica en la que nace el coro, cuya naturaleza se filtra en el tiempo en otros coros y formaciones musicales y religiosas. Magnificat, de Marta Górnicka y el Coro de Mujeres, vuelve al principio y reescribe cantando desde las raíces teatrales más profundas, recobrando la posibilidad de otras historias para “recuperar la voz” que las mujeres siempre tuvieron. Su turno ha llegado. Reset.
Nacida y formada en Polonia, Marta Górnicka estudió teatro y música, campos que convergen en su práctica artística al fundar en 2009 el Coro de Mujeres, una suerte de laboratorio para la creación de un nuevo coro teatral. Un coro posmoderno, para su creadora, “concepto estético, formal e ideológico de teatro que fusiona el poder original de la voz y el cuerpo colectivo en la escena occidental con la crítica contemporánea al lenguaje como herramienta de poder”. Desde 2010 ha presentado una serie de trabajos cosechando reconocimiento, premios y polémicas dentro y fuera de Polonia. Mediante distintas fórmulas corales, a través de la relación política entre “voz, cuerpo y lenguaje”, el teatro de Górnicka nos señala injusticias y desigualdades de hoy, o como en el caso de Magnificat, de siempre. Obra presentada en más de noventa ocasiones por todo el mundo, “se enfrenta a la imagen más sagrada de la feminidad dentro de la iglesia, la Santísima Virgen María”. Según la autora, “herramienta para el control ideológico de las mujeres”, en Magnificat se “desarma la imagen de la mujer, maldita en la imagen de la Virgen María, para ver lo que se esconde debajo de aquel vestido azul”. Con la Iglesia hemos topado….